lunes, 4 de enero de 2010

GASES DE CARBONO


por Oscar Rodríguez-Rozic Desde Francia

Sarkozy más por conveniencia que por convencimiento enarboló a la bandera de protector del medio ambiente. En la reciente fracasada cumbre mundial de Dinamarca se vanaglorió de haber instaurado en Francia un impuesto ejemplar a la emisión de gases de carbono para combatir el recalentamiento terrestre.

La idea de hacer pagar un impuesto punitorio a los que contaminan el medio ambiente para evitar que lo hagan es la aspiración de los ambientalistas y de una gran mayoría de la opinión. Sin embargo el impuesto al carbono incluido en el presupuesto para el año 2010 aprobado por el Parlamento había suscitado críticas, no solo de la oposición socialista y de los ambientalistas sino también de varias figuras de su propio partido mayoritario, dado que exoneraba de ese impuesto precisamente a las industrias, principales responsable de la emisión de gases de carbono.

La Corte Constitucional de Francia, el máximo tribunal francés, también conocida como “los sabios” cumple en parte las funciones de corte suprema. Sus once miembros incluyen a los dos ex presidentes de la nación. Acaba de emitir un dictamen declarando dicho impuesto ilegal. El fallo de la Corte Constitucional consideró que el propósito de la ley era reducir las emisiones de carbono pero que el impuesto creado solamente era aplicable a menos del cincuenta por ciento de las actividades que producen esos gases. Ergo, resolvió que el impuesto creado era ineficaz y además, injusto.

El inesperado regalo de fin de año que recibió Sarkozy obligara al gobierno a hacer borrón y cuenta nueva y replantear el impuesto anulado, indispensable además para tapar el agujero fiscal que crea este fallo inapelable. Es un rompecabezas difícil de resolver pues para que este impuesto sea convalidado por el Consejo Constitucional sería necesario aplicarlo a actividades que producen gases y que habían sido exceptuadas del impuesto. Entre ellas, las empresas de transporte público, la agricultura y la pesca. Aplicar a estas empresas impuestos adicionales tendrá un alto costo político para el gobierno.

Va a ser indispensable que Sarkozy invente algo para recobrar su imagen. Los últimos sondeos muestran que un sesenta por ciento de franceses desaprueban su acción y su estilo de gobierno. Los analistas políticos presagian un nuevo año lleno de dificultades políticas para el gobierno Francés.

Estos augurios para el año que se inició son similares a los que formulan los analistas políticos para el gobierno Kirchner en Argentina, que confronta también una baja tasa de aceptación popular y desafíos judiciales y parlamentarios. El gobierno Argentino tiene tiempo para reinventarse, las próximas elecciones ocurrirán dentro de casi dos años. Sarkozy, en cambio tiene apenas dos meses antes de confrontar elecciones regionales que bien podrían ser ganadas ampliamente por la oposición socialista y los partidos “verdes” de los ambientalistas.

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