jueves, 21 de enero de 2010

PEQUEÑAS MALDADES


Por Jorge C. Elena



En nuestro fuero íntimo, todos sabemos que tenemos nuestras maldades. Pero tranquilizo al lector: las mías son muy menores. Una de ellas consiste en recortar artículos de economistas y analistas políticos en los que se formulan predicciones y anticipos acerca de cómo será la realidad futura y luego releerlos al año. Con ese año de perspectiva, es sorprendente constatar el bajo porcentaje de aciertos que logran en sus proyecciones los más prestigiosos economistas y analistas políticos, que publican sus notas en los principales diarios de la Argentina. A título de ejemplo, voy a mencionar dos predicciones, relacionadas con la crisis económica internacional, que fueran efectuadas por varios analistas distinguidos:

  1. Desacople - Cuando se inició la actual crisis económica internacional, allá por setiembre-octubre del 2008, algunos economistas extranjeros mencionaron la posibilidad de que un elemento distintivo de la misma podría ser la existencia de un desacople entre los países ricos y los emergentes, los que no sólo no sufrirían tanto la crisis sino que se podrían convertir en las nuevas “locomotoras” que permitieran superarla. Después vinieron el cuarto trimestre del 2008 y el primero del 2009: la caída en la demanda interna en los Estados Unidos y en Europa provocó una fuerte disminución en las exportaciones de China y de otros países emergentes (en América Latina el más afectado fue Mexico, ya que el 80 por ciento de su comercio era con los Estados Unidos). A su vez, la reducción de la demanda provocó una baja considerable en los precios de las principales “commodities” (como ser petróleo, cobre, soja, cereales, lácteos, carne bovina, etc). La crisis parecía aproximarse a los países emergentes, con un rezago de unos tres a seis meses, según el país. Algunos economistas y analistas políticos comenzaron a señalar que, en la región en general y en Argentina en particular, la crisis sería aún más seria que la de los países desarrollados. Así, en los principales diarios argentinos se publicaron una serie de artículos en los que se desconocía la validez del concepto de un posible desacople de las economías emergentes con respecto a la crisis surgida en las economías desarrolladas. En un cierto tono de burla se escribió sebre lo ilusorio y desacertado de estas “peregrinas tesis” que sostenían que los países emergentes podían tener un destino diferente al de los países centrales. En el fondo, parecía que el mensaje subyacente en todos esos artículos era el de que sin el liderazgo y la recuperación económica de los Estados Unidos no habría solución para la crisis internacional, incluídos los países emergentes.

En este contexto, se pudo apreciar una caída en los ingresos fiscales de la gran mayoría de los países, ya fueran desarrollados o en desarrollo, por cuanto el IVA y otros gravámenes similares son de naturaleza pro-cíclica. Por otra parte, la casi totalidad de los gobiernos, preocupados por el aumento de la desocupación y los efectos políticos del malestar popular resultante, volvieron a rezar el credo económico según Keynes y comenzaron a dejar de lado los principios neo-liberales dominantes en las últimas dos decadas (principalmente, el del mercado autorregulador y su corolario, el estado mínimo). Las nuevas medidas de política económica adoptadas en los Estados Unidos y Europa, elaboradas en base a paquetes de estímulo con una fuerte intervención del Estado, hicieron crecer fuertemente el gasto público en todos estos países. De esta forma, se buscó que el aumento de la demanda del sector público compensara la caída en la demanda del sector privado y generara los empleos que el sector privado estaba eliminando. Todo esto llevó, lógicamente, a que un buen número de países (encabezados por los Estados Unidos y algunos países europeos) desarrollaran abultados déficits fiscales (seis a doce por ciento del PBI).

  1. Recuperación económica a ser iniciada en los Estados Unidos - Como concepto complementario de la anterior crítica a la idea del desacople, también se pudo leer en artículos de la época que la recuperación de la economía mundial se iniciaría en los Estados Unidos y que, desde allí, se difundiría al resto del mundo. “Estados Unidos será el primer país en salir de la crisis”, se afirmó, lo que, leyendo entre líneas, permitía apreciar un pensamiento en el cual el mundo seguía igual, los países centrales lo seguían siendo y lo del desacople era una concepción equivocada, que sería desmentida rápidamentepor la magnitud de la crisis que se le avecinaba a los países emergentes y que sería más severa aún que la de los países centrales.

Y, sin embargo, al volver a leer esos análisis periodísticos un año después, la objetiva realidad de las cifras estadísticas mundiales muestra que, por el contrario, hubo un cierto desacople entre las economías emergentes y las de los países centrales. Y, por suerte, bastante desacople. China, India e Indonesia nunca dejaron de crecer, sólo disminuyeron sus tasas de crecimiento. Al respecto, se puede apreciar una paradoja interesante.Todos sabemos que China no es una democracia; manda en forma autoritaria el Partido Comunista chino. Pero, curiosamente, el programa de estímulo económico, de corte típicamente keynesiano, que aplicaron la autoridades chinas, ha resultado más eficaz que el que se aplicó en los propios Estados Unidos. Parecería que el Partido Comunista chino supo estimular la economía de mercado en mejor manera que el Tesoro y la Fed americanos. Se puede apreciar una diferencia interesante: ambos gobiernos transfirieron recursos muy importantes a los respectivos sectores financieros, para evitar posibles corridas, con el resultante colapso bancario, etc. Pero la diferencia estuvo en que mientras que en China el gobierno comunista les dijo a los bancos : presten a las empresas para reactivar la economía (y los bancos hicieron la venia y prestaron, porque allí mucha libertad no hay), en los Estados Unidos se transfirieron centenares de miles de millones de dólares al sector financiero y le pidieron que prestara al sector privado, pero los bancos hiceron de todo con ese dinero menos prestarlo a las empresas necesitadas (compraron bancos más chicos en dificultdes para agrandar su participación en el mercado, guardaron excesivos niveles de liquidez, pre-pagaron los préstamos del gobierno federal para poder así aprobar bonos cuantiosos para su plana dirigente, etc). Así, el disímil comportamiento del sector financiero de ambos países constituye una de las razones por las cuales China se ha recuperado más rápido que los Estados Unidos de esta crisis económica.

Finalmente, ha quedado claro que la recuperación económica mundial no fué encabezada esta vez por los Estados Unidos. En el mundo desarrollado, Alemania, Francia y Japón comenzaron a crecer antes que los Estados Unidos. Y en el mundo emergente, como ya se ha dicho, China e India nunca dejaron de crecer. A su vez, esto quiso decir que las compras chinas e indias de “commodities” como soja y petróleo, por ejemplo, se mantuvieran y crecieran, lo que ayudó a que se recuperara el precio de estos productos (el precio internacional del petróleo se ha casi duplicado en un año). Y, en nuestras latitudes, la economía de Brasil sólo cayó significativamente en el primer trimestre del 2009 y luego comenzó a crecer nuevamente, alcanzando una buena tasa desde hace más de un trimestre, confirmándose también en este caso un cierte grado de desacople. La verdad es que lo del desacople no fue el disparate que se quiso hacer aparecer en los principales diarios argentinos. La existencia de un nivel variable de desacople por parte de varios grandes países emergentes constituye, a su vez, un indicador de una realidad más profunda : el mundo ha cambiado y la economía internacional ya no es tan dependiente de Estados Unidos y de Europa como antes. Hay otros jugadores de peso, fundamentalmente centrados en los países del llamado BRIC (Brasil, Rusia, India, China), lo que abre un nuevo escenario de posibilidades para economías emergentes más pequeñas, como las de otros países asiáticos, Sudáfrica, Argentina, etc. Finalmente, resulta interesante notar que, hoy por hoy, los temores de crisis financieras y de deuda externa se presentan en países europeos (Grecia, España, Irlanda, Portugal y hasta el mismo Reino Unido) y no en países de América Latina. Pero este será tema para otro artículo...

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