lunes, 18 de enero de 2010

EL "ESTATISMO" DE PETROBRAS Y LAS EXPLORACIONES EN EL MAR


Por Ernesto Poblet*

Me discutía un joven ideólogo acerca del estatismo de la empresa Petrobras del Brasil a la cual atribuía los últimos triunfos en las exploraciones del mar, conocidos como la operaciones “Pre-sal” por las cuales Brasil se transformó en una potencia hidrocarburífera. No admitía aceptar la realidad que le comuniqué: el 69% del paquete accionario de Petrobras pertenece actualmente al capital privado y su antiguo monopolio -que databa desde su fundación en 1953- fue desactivado como tal por el gobierno de Fernando Henrique Cardozo en el año 1997. En consecuencia, la realidad es que los recientes y exitosos descubrimientos en el mar no son obra exclusiva de Petrobras, también lo son de las empresas petroleras privadas inversoras -extranjeras y brasileñas- que contratan con la ANP de la República Federativa de Brasil. Los dirigentes brasileños no tiraron en saco roto la experiencia y méritos acumulados por la vieja Petrobras, esta empresa siguió trabajando, creciendo y haciendo buenos negocios en el inmenso Brasil y en el mundo. Inclusive participó como una compañía relevante en las rondas de licitaciones convocadas año a año por la ANP.

Los brasileños decidieron en un buen momento pegar un segundo “Grito de Ipiranga” en su historia y desde de su pragmatismo romper ciertos tabúes, para ello privatizaron más de los dos tercios del capital de Petrobras y desactivaron el monopolio de ésta revirtiendo las áreas hacia la Agência Nacional do Petròleo, Gàs Natural e Biocombustìveis (ANP) un organismo que promueve licitaciones y cierra contratos a nombre del Estado con concesionarias ligadas a la exploración, desarrollo y producción del crudo y gas natural. Además orienta muy bien a las industrias del sector. Prestamente la ANP desde 1997 convocó a licitaciones a las petroleras del mundo para iniciar los trabajos en el mar. Se encontraron con un lecho marítimo extremadamente complicado. El Océano Atlántico frente a las costas del Brasil no es semejante a la plataforma continental de la ribera marítima argentina la cual ofrece una profundidad hasta 200 metros antes de alcanzar el talud. En el Brasil los fondos del mar alcanzan un promedio de 2000 metros de agua, 3000 de roca y 1000 de una capa de sal. Requerían estas dimensiones un equipamiento que atravesara más de los seis mil metros de perforaciones y resolviera la complejidad y obstáculo que ofrece el manto de sal para traspasarlo. Ante la falta de tecnología en el mundo para este escenario, los brasileños no se amilanaron ni aparecieron los gurúes hipernacionalistas con sus monsergas chauvinistas y sus festivos combates al capital. Sus propios empresarios, intelectuales y consultores se lanzaron a la fascinante tarea de promover crear y generar ellos mismos una tecnología nueva, desconocida, cara y difícil que hacía falta. Para crear las soluciones atraídos por la calidad del negocio “dejaron hacer en libertad” a los empresarios privados. ¡Ahí estuvo la clave del triunfo brasilero…! Ningún delirante arrebató la escena para protestar por un presunto lucro excesivo o “entrega del patrimonio” y bombardear la solución más funcional y posible. De esa manera los empresarios pioneros le brindaban al Brasil la hazaña de una nueva y singular tecnología que no sólo serviría para las profundidades del Pre-sal, la nueva logística se transformaba en otro mercado de exportación de los brasileños hacia los mares afines en diversos espacios del planeta. Por su lado la ANP convocaba para explorar el mar a los consorcios de sólidas compañías particulares, lejos, muy lejos de adecuar las licitaciones para que las ganen los aventureros allegados al poder tras el disfraz de una “burguesía nacional amiga”, aprendimos recientemente los argentinos que esto siempre fracasa y pocos invierten.

Los brasileros supieron “dejar hacer” a la potencialidad de sus empresarios en la fascinante tarea de crear la nueva logística industrial, la cual llenaría el vacío de tecnología en el mundo para abastecer las perforaciones en el incómodo e inédito escenario de las aguas profundas del Pre-sal. El Estado Federal del Brasil así no necesita gastar ni arriesgar sus dineros absurdamente como sí lo hacemos los “vivos” de la Argentina mediante el caduco sistema de las empresas estatales que espantan las inversiones. El Estado argentino jamás podría reunir los miles de millones de dólares para explorar los suelos marítimos por playos que fueren -mucho menos los profundos- ni siquiera hambreando con impuestos hasta la eternidad a toda la población. Ahora se le ofrece a la Argentina la oportunidad de aprovechar los progresos tecnológicos de Brasil para nuestros fondos abisales del Atlántico, situados después del talud continental.

El presidente Frondizi arribó a la meta del cese de las importaciones de combustibles y el acceso al autoabastecimiento en noviembre de 1961. Lo logró en menos de cuatro años mediante la inversión de capitales privados en exploraciones y producción de petróleo y gas. Lo hizo con eficacia y rapidez, transformó a la vieja YPF en una agencia de contrataciones estilo ANP brasileña, con la cual contrató por vía de locaciones de obras y servicios a compañías idóneas y solventes para invertir y arriesgar en el difícil negocio de los hidrocarburos. Además racionalizó el monopolio YPF, participó a las provincias petroleras en el Directorio, saneó sus gastos exagerados, duplicó su producción y aumentó las reservas. No por casualidad la Argentina en aquel entonces asistió a la creación de una industria energética y petroquímica hasta el día de hoy eficientes, a pesar de las demoledoras retenciones del 50% que soportan las respectivas exportaciones.



*El autor fue abogado de YPF. Su última obra publicada es “DESENCUENTROS EN AMÉRICA. Un paseo con figuras notables de la Historia”. OLMO Ediciones. Mayo 2009.



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