jueves, 12 de noviembre de 2009

LOS DILEMAS DEL JUSTICIALISMO DISIDENTE.


por Jorge D.Ferraris

Hay una pausa en la configuración de las estrategias electorales con miras al 2011. Dos acontecimientos condicionan las decisiones: la textura final de la nueva ley electoral y el alineamiento táctico de la oposición, habida cuenta de la nueva estructura del congreso, conforme a los resultados de las elecciones de Junio pasado. El único que ha dado un paso tangible en pos de su objetivo, es Néstor Kirchner quien se hizo confirmar como presidente del Consejo del PJ.

Con relación al proyecto, pomposamente denominado “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral”, se encuentran en progreso un conjunto de modificaciones que el oficialismo está dispuesto a ceder para obtener el apoyo de los bloques de “centro-izquierda” de la Cámara Baja. Se trata, particularmente, del articulado que afecta la supervivencia de estos grupos políticos como fuerzas independientes. El acuerdo, de difícil factura, trata de conciliar con mayor equilibrio, la posibilidad de no obstaculizar el nacimiento y desarrollo de nuevas fuerzas, al tiempo de favorecer la preeminencia de solo dos o tres grandes partidos. Para ello, cabría modificar los condicionamientos (porcentajes mínimos) relacionados con la obtención y mantenimiento de la personería jurídico-política así como para competir en los comicios nacionales. Otras modificaciones menores, le daría a los partidos políticos mayor ingerencia en el control de la distribución de la publicidad en los servicios de comunicación audiovisual, tanto en las elecciones primarias como en las generales. En otros aspectos, el gobierno no cederá: la instauración de la boleta única, y en el establecimiento de mayores limitaciones a la publicidad oficial, para dar algunos ejemplos.

Son abundantes las especulaciones que hoy se exponen para dilucidar las estrategias, que cada una de las fuerzas políticas actuantes, podría desarrollar para maximizar sus posibilidades electorales a la luz de los dictados de la ley, en caso de sancionarse. Pero preferimos, debido a su impacto, circunscribirnos al dilema que se debate dentro del Justicialismo disidente, más claramente definido: peronismo “no K”. Esta fuerza tiene dos problemas interdependientes. En primer lugar no perfila su candidato. Quien fuera indiscutido en su momento: Carlos Reutermann, se está derritiendo como una estatua de hielo en medio de un festejo. En un ritmo proporcional a la incertidumbre, Duhalde agranda su figura…por descarte. La otra cara de esta complicación lo constituye la alternativa de enfrentar a Néstor Kirchner dentro del Justicialismo, sin sacar los pies del plato o de “ir por afuera”, desarrollando una fuerza política que deberá ajustar su organización a la nueva ley. Hasta hoy prevalece la idea de Duhalde de ir a las primarias abiertas dentro del Justicialismo.

Las últimas reflexiones alrededor de esta alternativa, han hecho presente algunas preocupaciones. Veamos. Si bien, por imperio de la reforma electoral, las primarias para elegir los candidatos nacionales de los partidos habilitados, prácticamente queda en manos del Estado, desplazando a las disposiciones de las Cartas Orgánicas de cada partido referidas a las mismas, estas regulaciones quedan vigentes en todo lo que no sea contradictorio con la nueva ley. El Justicialismo quedará en manos del Kirchnerismo lo que equivale a decir que esta parcialidad, tendrá a su cargo la aplicación e interpretación de todas las disposiciones de la Carta Orgánica que mantengan su vigencia. Entre ellas, el funcionamiento de los tribunales de disciplina con la posibilidad de expulsar a los afiliados que no cumplan con sus disposiciones…Conociendo la habilidad táctica de N.Kirchner para sacar conejos de la galera sin previo anuncio…esta eventualidad, es hoy, objeto de legítimas especulaciones.

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