lunes, 31 de mayo de 2010

ARTURO JAURETCHE: SU MILITANCIA EN EL PERONISMO - Primera Parte


Por Jorge D. Ferraris


Son varias las vertientes que concurren a formalizar el cuerpo ideológico del primer peronismo. La principal de ellas proviene de los intelectuales que le dieron cobertura ideológica a las corrientes políticas internas del radicalismo que enfrentaron al “Alvearismo”, al fraude conservador y a la tolerancia del Socialismo frente a este hecho. Estas corrientes se nutrieron del nacionalismo popular y de la tendencia “Yrigoyenista” del radicalismo. Atribuyeron la deformación estructural de la economía al predominio de la oligarquía de base agrícola ganadera y a su asociación con el imperialismo Inglés que dominaba el comercio exterior, la organización de las finanzas y la prestación de los principales servicios públicos. Como una derivación operativa, dada la resistencia ofrecida por los intereses agro-exportadores, estas propensiones reclamaron un mayor intervencionismo estatal en el proceso socio-económico del país. Los paradigmas que representaron a estas corrientes fueron, sin duda, Arturo Jauretche y Scalabrini Ortiz. Por supuesto, hubo en la época, otros aportes, que el “ninguneo” de la creme intelectual argentina se ocupó de ocultar. Mencionaremos los más destacados: Alejandro Bunge (“Una nueva Argentina”-1940); José Luis Torres (“La década infame-1945); Ramón Doll (“El liberalismo en la literatura y en la política”-1936); Julio y Rodolfo Irazusta (“La Argentina y el imperialismo británico. Los eslabones de una cadena-1934); Ernesto Palacio (diputado nacional por el Justicialismo 1949-1955).

En el armado de la base política que Perón necesitaba, tuvo en las primeras etapas, la colaboración de Arturo Jauretche, quien lo convenció de que el pedestal de tal apoyo lo encontraría en el Yrigoyenismo anti-alvearista del radicalismo. En esta tarea, reconocerá que no tuvo el éxito que esperaba. De ahí que, el aporte de Jauretche al peronismo se lo debe valorar, por su contribución a la conformación de la ideología del movimiento y no tanto por su actuación pública, que fue errática y accidentada.

A mediados de 1944, y a instancias de Jauretche, Perón tiene una entrevista con Amadeo Sabattini. En esa oportunidad, Perón renueva el esquema que precisamente en su momento, el radicalismo (dominado por el “alvearismo”) le había propuesto a Ramírez –Ministro de Guerra del Presidente Ramón S. Castillo-, (a fines de 1942, cuando se conoció que el candidato del oficialismo era Robustiano Patrón Costas y se descontaba su triunfo por medio del fraude). La oferta era: la candidatura presidencial “la pondría el Ejército” y todo lo demás el radicalismo. Pero en esa oportunidad (1944), las circunstancias eran diferentes. En el primer caso, gobernaba Castillo y el objetivo del radicalismo, era asegurarse que no se hiciera fraude en las elecciones programadas para noviembre de 1943. Un candidato militar con arraigo en la fuerza, comprometía al Ejército a garantizar la pureza electoral. En el momento en que Sabattini se encuentra con Perón (Junio de 1944), el Ejército detentaba el poder y todas las circunstancias políticas lo constreñían a asegurar elecciones libres, en la oportunidad que se convocaran, hecho que también se descontaba que sucediera, más tarde o más temprano. De ahí que Sabattini estaba en condiciones de pedir para su partido la candidatura presidencial y someter la coparticipación en el poder, a un arreglo político. Perón tuvo que abandonar la idea de conseguir el apoyo orgánico del radicalismo intransigente. Como consecuencia de estos condicionamientos, Perón, con relación al reclutamiento de elementos humanos para formalizar una base política que acompañe a la organización sindical, abandonó la pretensión de procurar una alianza orgánica de partidos, para convertirla en una tarea consistente en conjugar voluntades individuales.


A principios de 1944, Perón le había ofrecido a Jauretche la intervención de la Provincia de Buenos Aires y le pidió que vaya preparando un equipo de colaboradores. Pero al mismo tiempo, con el objetivo de arribar a la vicepresidencia (cargo que había dejado vacante Farrell) Perón debe dar una lucha contra el Ministro del Interior, el general Luis César Perlinger, quien se oponía, favoreciendo la candidatura del General Sanguinetti. Perón gana la partida, pero como parte del convenio acuerda en aceptar la designación de Sanguinetti como interventor de la Provincia de Buenos Aires, hecho que se produce el 10 de julio de 1944. Este desenlace desplaza la candidatura de Jauretche, quien a partir de ese momento enfría sus relaciones con Perón



Cuando se produce el confinamiento de Perón en Martín García, días antes del 17 de Octubre de 1945, Jauretche, en la creencia que el alejamiento de Perón era definitivo, trata de convencer a Ávalos (Ministro de Guerra de Farrell y propulsor del alejamiento de Perón) para que formalice un gobierno con los radicales Sabattinistas, persuadido que de esta manera, evitaría el ascenso al poder de quienes propiciaban una “Unión Democrática”, previo paso del gobierno a la Corte Suprema de Justicia. Para Jauretche, lo importante era el movimiento popular que había creado Perón, al que no podía dejarse a la deriva. El 17 de Octubre cambió el rumbo de la historia. Como veremos en el próximo post, Perón no olvidará esta circunstancia en el curso de los futuros avatares de su trayectoria política.

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