domingo, 4 de abril de 2010

EL REINADO DEL "CORTO-PLAZO"


Por Jorge D. Ferraris

El “corto plazo” parece ser la única visión que determina los objetivos de la política en nuestro país. En su momento, el “Plan Austral” de Alfonsín, la “Convertibilidad” de la dupla Menem-Cavallo y los “Megacanjes” de de La Rúa, con independencia de lo que pueda opinarse sobre sus contenidos, fueron medidas excepcionales que se explicaban como remedios, justificados como etapas necesarias que facilitarían la adopción paralela de medidas de fondo tendientes a subsanar desequilibrios estructurales. En todos los casos las acciones que se suponían complementarias, no se adoptaron y los remedios de mudaron en aspirinas, salvo en el caso de la convertibilidad donde lo que debía de ser transitorio se hizo permanente hasta que, la bomba de tiempo que implicaba la supervivencia de esta situación, explotó en las manos de de La Rúa.

Al parecer, ni la oposición ni el gobierno actual han cambiado esta modalidad. La pretensión de coparticipar plenamente el impuesto al cheque, es un ejemplo que nos da la oposición. Se trata de un gravamen que en todo momento fue calificado como regresivo. Amerita analizarlo en un contexto más amplio de reformas impositivas. Cambios, que la política está postergando más allá de que el sistema fiscal, pueda ser compatible con la viabilidad de un desarrollo sostenido. La simple redistribución jurisdiccional del impuesto, sin alterar su regresividad ni colocarlo en un contexto de mayor amplitud, es un acto reflejo, en respuesta a la arbitrariedad y la manera extorsiva con la que hoy, el gobierno maneja la Caja.

Por su parte el gobierno, todo lo que hace y lo que piensa hacer, tiene alguno de estos dos objetivos: ganar las elecciones en el 2011 o si ello no fuera posible, abandonar sin solución a la vista, las actuales situaciones de desequilibrio estructural, teniendo conciencia de que dejarán al gobierno que los suceda, en las peores condiciones posibles de gobernabilidad. Esto último inclusive, sin importar que eventualmente, los podría perjudicar a ellos mismos en el caso de que obtuvieran la continuidad que procuran de toda forma. Pero ello no está en el contexto de sus evaluaciones. Lo que pueda pasar transcurrirá en el futuro. Y el futuro, tanto para la oposición como para el oficialismo, no es un escenario visualizado al punto de condicionar las políticas del presente.

1 comentario:

  1. Como bien se expresa, no hay politica a largo plazo... todo es demagogia electoralista y populista... y la "supuesta" oposición esta en la misma... no hay unidad de pensamiento, no hay proyecto de país, solamente accionaes aisladas en pro de una ventaja electoral... El año pasado las urnas dieron un mensaje clarisimo... creo que los únicos que lo entendieron fueron justamente los que pero parados quedaron... aquellos ganadores? bueno, nadando en su propia indecisión...
    No hay salvación... la clase política argentina, es extremadamente berreta... slds!

    ResponderEliminar