martes, 7 de julio de 2009

Kirchner en la encrucijada

Uno de los componentes con incidencia en la determinación de la futura estrategia del gobierno, está determinada por la conducta del propio Kirchner. Primero, tiene casi dos años y medio más, en la Quinta de Olivos. Su objetivo inmediato no es otro, conforme a sus primeras reacciones, que el de mantener la gobernabilidad para llegar sin tropiezos al 11 de diciembre de 2011, y, hasta donde fuera posible, utilizar el pedal gubernamental para recomponer su poder, erosionado el 28-J. Es decir, K. no se dedicardá a escribir sus memorias ni a dar conferencias por el mundo, ni a recluirse en Calafate.

La gobernabilidad -aclaremos antes de continuar- está relacionada con la adecuada interrelación, dentro de las reglas fijadas por las instituciones, de los actores estratégicos de una sociedad. Es decir, de aquellos que tienen poder y consistencia suficientes para ejercer una influencia relevante sobre las decisiones que deben tomar las autoridades. Estos actores no son solamente políticos, sino que también son económicos, sociales, mediáticos e internacionales, para nombrar a los principales.

Mantener la gobernabilidad es, en síntesis, gobernar protegiendo el equilibrio entre los factoresde poder dentro de las reglas emergentes de las instituciones. Habida cuenta de las nuevas relaciones entre estos actores estratégicos (provocadas por los resultados electorales) hoy, en nuestro país mantener este equilibrio, requiere una recomposición de posiciones a través de una negociación. Vale decir, en última instancia, el mantenimiento de la gobernabilidad está vinculado a la convicción que Kirchner tenga de esa realidad. Para ello debemos esperar. Un indicio lo darán los cambios ministeriales. Si persiste en abroquelarse en profundizar lo que denomina "el modelo" y aparecen en el recambio personajes de su entorno que confirmen un escenario "gatopardista", auguramos problemas que pueden afectar la gobernabilidad, que hoy, afortunadamente no está en peligro.

El otro objetivo de K. es recomponer su poder. Sabe que no podrá ser candidato para el período 2011-2015. Ante el peligro del "ballotage", el peronismo tendrá que presentar un candidato con "mesura" de centro-derecha que no irrite ni consolide y unifique a la oposición, hechos que forjarían Kirchner o su mujer en casso de ser candidatos. K. tratará de restaurar su poder con un designio a más largo plazo, y habida cuenta de sus convicciones ortodoxas y frontales, hará un intento de rehacer sus ligas con la izquierda que fuera, en los principios de su ascenso, el objetivo de la transversalidad, aquella que abandonó oportunamente para no perder el apoyo del hoy llamado "pejotismo".

Como se puede advertir con facilidad, los dos ejes de la estrategia K. que acabamos de presentar, tienen áreas que dan cabida a contradicciones peligrosas que colocarán al ex presidente, en una dificultosa marcha plagada de incómodas encrucijadas.

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