por Oscar Rodríguez-Rozic
(desde Francia)
Hoy miércoles 9 de septiembre Argentina y Francia juegan todo por el todo por lograr la clasificación para el Mundial de África del Sud.
Otra batalla en que parece necesario jugar todo por el todo se desarrolla en el Congreso Argentino con la ley de difusión. Habrá que esperar unos cuantos días mas para saber como termina esta batalla. El comentario que sigue sobre la discusión política, que tuvo lugar aquí en Francia hace algunos meses, sobre la política de medios de difusión radial y televisiva, puede que sea de alguna utilidad para ilustrar un aspecto del problema que tal vez no sea parte del debate en Argentina.
Francia tiene un sistema público de difusión televisiva bastante singular. Las emisoras estatales de TV, cinco o seis canales, reciben del estado el producto de un impuesto que pagan todos los poseedores de un televisor de alrededor de 100 Euros anuales. Pero su financiamiento esta basado, fundamentalmente, en los recursos que obtienen de la venta de espacios publicitarios en sus emisiones. Están por lo tanto en abierta competencia por audiencias y recursos con las cadenas privadas de TV que no reciben fondos del estado. La dirección de la televisión estatal está en manos de personalidades respetadas y que gozan de una reconocida independencia y autoridad intelectual. Tanto las estaciones públicas como las privadas solo pueden pasar avisos comerciales antes y después de los programas o en el medio de un programa de larga duración, mayor de una hora.
El gobierno de Sarkozy resolvió que las emisoras estatales eliminaran la difusión de publicidad en sus emisiones a partir de las 21.00 horas. Esta decisión de un gobierno de derecha provocó la renuncia del Director de la televisión estatal y agudas críticas de los políticos de todas las izquierdas y de muchos intelectuales, que adujeron un siniestro plan de Sarkozy para desfinanciar y achicar y eliminar la televisión estatal, en provecho de la privada, que le sería así fiel seguidora. El gobierno respondió que esa medida tenía por objeto permitir que se difundieran programas sin interrupciones comerciales de gran contenido cultural, para ser aprovechadas por el mayor número de espectadores. Señaló, asimismo, que esa había sido una antigua propuesta del Partido Socialista Frances, que envidiaba la televisión estatal sin anuncios de la BBC del Reino Unido.
Como es usual en Francia, la sangre no llegó al río. Nunca se juega todo por el todo. Quedan siempre espacios para algún acomodamiento político y práctico. En Francia nadie habla del Pacto de la Moncloa, posiblemente porque hay una base general de acuerdo sobre el modelo de país sin necesidad de un documento firmado por los actores.
La prensa argentina comienza a mencionar el Pacto de la Moncloa como deseable acuerdo entre radicales y peronistas. Quizá sea una buena idea acabar en política con el todo o nada, que sería mejor que quedara para la clasificación del Mundial. Que Diego tenga suerte esta noche. Yo veré en la televisión privada Francia contra Serbia; no transmiten el otro todo o nada.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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Hola Oscar Muy interesante tu explicación sobre la organización de la televisión francesa y su reciente modificación y sobre todo tu conclusión de que en Francia las diferencias políticas nunca terminan en un "todo o nada". Creo que en nuestro país a la debilidad de las instituciones, que deberían dar el marco, la regla del juego, para zanjar las diferencias (libro de Jorge Ferraris), se le suma un aspecto cultural que hace que todo se juegue a "todo por el todo" que mencionas.
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