por Oscar Rodríguez-Rozic
desde Francia
Hace pocas semanas culminó en Francia el proceso criminal seguido contra Fofana, un inmigrante del norte de África, y diez otros cómplices suyos del brutal asesinato de un joven judío, que fue brutalmente torturado antes de morir. Fue obvio un fondo racista en este episodio, que tuvo lugar en una de las “cités” eufemismo con que se denominan en Francia a los inmuebles de vivienda social que entornan las grandes ciudades. Fofana fue condenado a prisión perpetua y sus coacusados a menos de diez años de prisión, lo cual causó protestas por lo leve de esta última sentencia, de parte de los familiares de la víctima y de diversas asociaciones judías.
Una derivación interesante del proceso contra este grupo de delincuentes, al que la prensa dio el nombre de “Gang de Bárbaros”, fue que concluido el proceso, el abogado de la familia de la víctima, Me Spiner, quien fuera abogado de Jacques Chirac y de Alain Juppé, descontento con el veridicto, calificó al fiscal del proceso de “traidor genético” (traître génétique) y a los abogados de la defensa de “cabrones abogados seudo izquierdistas” (connards d’avocats bobos de gauche).
El Procurador General de Paris ha demandado que se inicie una investigación sobre dichos insultos, con vistas a un proceso disciplinario y penal, contra el abogado Spiner, por su agresión verbal a magistrados y colegas.
Quien sabe si y cuando tendrá lugar este proceso. Pero es interesante notar que las agresiones verbales, a las que estamos acostumbrados en Argentina, pueden tener en Francia consecuencias jurídicas y políticas que sería difícil imaginar pudieran tener las manifestaciones públicas de este tipo, en la Argentina de hoy y de siempre.
Hace un poco mas de dos años en Aix-en-Provence, la ciudad donde vivimos, el día en que se cerraba la campaña para la elección del Intendente de de la ciudad, el candidato incumbente, que resultó electo por cuatro años, habría hecho circular un panfleto y una declaración a la prensa, cuya autoría nunca fue reconocida, con acusaciones injuriosas contra uno de los otros candidatos, de su propio partido político. Nosotros nunca vimos ni supimos de esa agreción. El candidato vencido en la primera vuelta de la elección inició un proceso, que luego de mas de dos años terminó siendo considerado por el ”Conseil d’Etat”, el equivalente a la Corte Suprema, que decretó la nulidad de la elección.
Fue así como, hace un mes, se precedió en Aix a una realizar una nueva elección de Intendente, que resultó ganada por el mismo candidato que había ganado la anterior elección, que esta vez sin embargo, se abstuvo de hacer agresiones verbales. El Intendente reelecto tendrá un nuevo mandato completo de cuatro años en lugar de los dos que le faltaban cumplir de la elección anterior. Este proceso le costó al municipio un millón de euros, pero posiblemente sea plata bien gastada.
La democracia y el funcionamiento de la justicia tienen un costo que merece ser pagado. Yo que prácticamente nunca tuve ocasión de votar en Argentina soy un fanático del sufragio y como reciente europeo que soy, voté con mucho gusto en las dos vueltas de esta elección. Mi candidato perdió, por solo 187 votos.
martes, 1 de septiembre de 2009
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