Por Jorge D. Ferraris
Por distintos caminos, pero hermanados por el espanto, los dos grandes espacios opositores al Kirchnerismo (Pan radicalismo y Peronismo disidente) han decidido procurar la presentación de una sola fórmula presidencial, en cada caso. Esta estrategia apunta a impedir la posibilidad de que Kirchner pueda conseguir 10 puntos de ventaja sobre el segundo, si lograra el apetecido y peliagudo 40 por ciento de los sufragios válidos emitidos. Dicho en otros términos, reunir las dos condiciones necesarias para eludir el ballotage y ganar en la primera vuelta. A contrarius podría decirse que quienes, dentro de dichos espacios no acataran ni reconocieran las virtudes de esta estrategia, le estarían haciendo el juego al Kirchnerismo. Al borde de esta odiosa descalificación se mueven Macri y Carrió, aunque a esta última, la aparición en escena de Ricardo Alfonsín como probable opositor de Cobos, la aleja de esa contingencia. Claro que, nadie le envidia la tarea a don Ricardo (hay que dejar de llamarlo Ricardito) quien, para mantener a Lilita dentro del redil, tendrá que maximizar su ingenio en el curso de una ardua negociación.
Macri tiene otros problemas. Lanzó prematuramente su candidatura a Presidente, lo que hizo que sus “herederos” se regocijen probándose el traje que va a dejar en el ropero. Pero independientemente de ello, Macri sabe que su éxito, está condicionado a conseguir una “pata peronista” que se adhiera a su candidatura. Esta presuntuosa conducta le ha creado problemas con el peronismo disidente, único espacio que le puede proporcionar, lo que le falta. A pesar de estas circunstancias negativas, Macri tiene todavía una carta que le permitiría arribar a un acuerdo conveniente con el peronismo disidente. Tiene buenos resultados en las encuestas, un porcentaje que sería importante si se lo suma al que puedan tener los federales. Y en cuanto a la posibilidad de que se formalice esta negociación, todo depende de su contrincante dentro del peronismo disidente. Considerando que de Narváez no tiene otra alternativa que quedarse en la provincia de Buenos Aires, el único que lo desplazaría sin querella, sería Reutermann. De ahí que Macri no tiene otra alternativa que la de esperar, para dar la última puntada a su propia estrategia.
Jorge:
ResponderEliminarParece que “deslizas” una crítica a Macri por haber largado su candidatura. Pero te recuerdo que ya lo habían hecho Duahlde, Solá, y Das Neves. Ademàs creo que das a entender que Macri no tiene posibilidades de superar a Reutermann (como candidato) pero que puede pelear su candidatura con Duahlde, Solá y Das Neves; ¿es así?
Matías de Tigre
Creo que Macri busca una alianza con los peronistas federales mas urgentemente que antes, dado el FRACASO de su gestión porteña y de la alarmante perdida de votos, ya evidenciada en la últimas elecciones. Recordemos que de casi %60 del padrón, el PRO paso al %30 en dos años, perseguido por un fuerza menor, con un presupuesto publicitario reducidísimo en comparación, como la de Pino Solanas.
ResponderEliminarLo porteños no son tontos, no son consumidores de shoppings solamente. Las malas respuestas a las inundaciones, los conflictos permanentes con empleados públicos que afecto la calidad de los servicios, y el reciente procesamiento por las escuchas, han fagocitado su imagen.